La colección masculina Primavera‑Verano 2026 de Rick Owens, presentada durante la Semana de la Moda de París, se bautizó como “Temple of Love”, y se desplegó con la intensidad poética que caracteriza al diseñador.
El ambiente resultó contundente: una iluminación dramática a base de estrobos y un sonido penetrante, junto con modelos de cabeza rapada, lentes de contacto inusuales y botas de cuero robustas, construyeron una estética intensa, casi distópica, que bebía del imaginario de Owens sobre la vida aislada en Concordia (Italia) y su fascinación por estructuras industriales.
Desde el punto de vista de la moda, la colección presentó piezas dramáticas que desafiaban la silueta masculina convencional: chaquetas con cuellos sobredimensionados, abrigos fluidos en formas arquitectónicas y pantalones acampanados con flecos. En cuanto a materiales, se explotó la crudeza del cuero gris y negro, mezclado con variantes más ligeras y técnicas de encadenamiento para añadir textura y tensión visual.
Entre otros momentos memorables, Owen recurrió a la contraposición entre lo antiguo y lo futurista, entre lo ritual y lo rebelde. Las piezas encarnaron esa dualidad: desde faldas tipo armadura hechas de cadenas, hasta botas tejidas y estructuras de cuero entrelazado que evocaban una iconografía primitiva y brutal, a la vez que cuestionaban las nociones tradicionales de género y sastrería.
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