Esta colección marca el inicio de una nueva era para Gucci, una que se atreve a ser sexy, extravagante y sin disculpas. A través de “La Famiglia”, Gucci explora su esencia más profunda, definiendo la marca no solo como ropa, sino como una actitud y un lenguaje estético compartido.
La colección juega con los extremos. Desde la opulencia de un abrigo de plumas o la alta joyería, hasta la simplicidad sensual de prendas transparentes que se ajustan al cuerpo. Aquí, vestirse es un placer, y el glamour se aplica a la moda masculina con propuestas inesperadas, como trajes de baño sofisticados de estilo esmoquin. Es una nueva forma de interpretar la dolce vita.
Además, se reinterpretan iconos de la casa: el bolso Gucci Bamboo 1947 y el mocasín Horsebit de 1953, ambos reinventados para el presente. El monograma GG se convierte en el hilo conductor, apareciendo de pies a cabeza, porque en el mundo Gucci, es todo o nada.
