En la pasarela de la Semana de la Moda de Tokio Primavera-Verano 2026, Mitsuru Okazaki presentó una propuesta masculina que desafía convenciones sin perder un ápice de refinamiento. Su colección se articuló a partir de una deconstrucción cuidadosamente medida, donde la sastrería tradicional se reformuló con estructuras fluidas, generando un diálogo entre rigidez y libertad.
Los trajes —con impecables líneas de corte al bies y hombros suavizados— evocan una sastrería clásica reinterpretada con modernidad. Los tejidos, mayoritariamente ligeros y aireados, capturan el espíritu veraniego sin sacrificar presencia ni presencia. Una lógica orgánica define cada prenda: blazers amplios se combinan con pantalones holgados de tiro alto, generando proporciones armónicas y contemporáneas.
La paleta cromática, serena y elegante, gira en torno a tonalidades neutrales con pequeños toques de color que revitalizan el conjunto. Estos matices sutiles se aprecian en pañuelos, forros o detalles interiores, aportando un soplo de frescura sin convertirse en protagonistas estridentes.
Desde una perspectiva técnica, Okazaki despliega su dominio en la confección, fruto de su formación en el Instituto Ito de Investigación de Prendas y su experiencia en el Instituto de Diseño Yohji.