In Nomine Heretica es más que una colección: es una declaración. Un recorrido entre la memoria de las antiguas cazas de brujas y la persecución histórica hacia las disidencias sexuales y de género. La propuesta traza un poderoso paralelismo entre los cuerpos señalados como herejes y los cuerpos queer, ambos convertidos durante siglos en blanco de castigo, invisibilización o burla.
Hoy, ese eco resuena con fuerza. En un contexto donde los discursos de odio vuelven a ganar terreno, In Nomine Heretica convierte la historia en espejo: lo que antes fue la hoguera, hoy es la cancelación; lo que antes fue el sambenito, hoy son las etiquetas que buscan reducir la identidad a una condena.
La colección reinterpreta símbolos medievales —la cicatriz, la cruz, el fuego— desde una mirada contemporánea y desafiante. Cada prenda transforma el dolor en orgullo, la vergüenza en estética y la condena en poder. Entre referencias al archivo y guiños a la iconografía queer de los años setenta y ochenta, emerge un lenguaje visual que mezcla misticismo, rebeldía y deseo.