La revolución industrial no solamente marcó un hito en el aceleramiento de los avances tecnológicos del mundo entero, sino que también, dio pie a que el crecimiento del consumismo y la creación de bienes crecieran de forma acelerada, tanto, que ahora la producción de artículos como las piezas de ropa, se han convertido en una problemática ambiental a la que, tanto las personas como marcas y empresas del sector, han querido buscar una solución.
El concepto de moda rápida es considerado como un término bastante nuevo que se originó a partir de que marcas conocidas como Zara pudieron vender tendencias a una velocidad récord a precios asequibles, pero "moda rápida" es en realidad solo un término dado a un sistema de producción en constante evolución que ha ido cobrando impulso desde el siglo XIX.
La democratización de la moda: un problema ambiental
"El modelo de comprar, tirar, comprar, tirar, comprar, tirar... no es una apuesta sostenible para el medio ambiente"Alex Cánovas
Teniendo en cuenta el largo camino de la producción globalizada, parece increíble que ahora vivamos en una época en la que puedes comprar una prenda desde el teléfono momentos después de que haya desfilado por primera vez en la pasarela.
Por supuesto, también debemos reconocer que existen problemas importantes con nuestro sistema de moda actual, como prácticas laborales injustas y cantidades catastróficas de desperdicio. En una industria que históricamente se ha centrado en moverse más rápido, es hora de considerar reducir la velocidad, al menos lo suficiente para ser más conscientes de las compras que hacemos.
Afortunadamente, la conciencia ecológica de los amantes de la moda ha tomado al medio ambiente y su cuidado como un punto de partida para presentar iniciativas que buscan reducir (y poder erradicar en un futuro) la contaminación textil, tanto en su fabricación como en su desecho.
Bajo esta premisa, y con el golpe económico que representó la pandemia por Covid-19 en todo el mundo, la ropa de segunda mano se ha convertido en parte del sustento y en una actividad remunerada que, de forma indirecta, ha ayudado al medio ambiente, ya que los consumidores han adquirido prendas ya creadas, dejando de lado la adquisición de piezas de reciente fabricación.
Si bien recientemente se han popularizado términos como upcycling, pre-loved y pre-owned, lo cierto es que, sea cual sea el término que se le da a la ropa de segunda mano, cada vez que repetimos una prenda es un gran respiro para el planeta.
No hay comentarios.: