La carrera como modelo de Matty Carrington comenzó a los dieciséis años, cuando una salida informal de compras por Londres con su madre se convirtió en una parada inesperada en Select Model Management. Lo que empezó como un día cualquiera se convirtió en un momento decisivo: salió con un contrato en la mano y el inicio de una carrera que ni siquiera había considerado.
Ahora, mientras presenta campañas para Dsquared2, Intimissimi Uomo y JD Sports, continúa dirigiendo la empresa constructora de su familia en el Reino Unido, demostrando que la disciplina, la humildad y la ambición pueden prosperar tanto con botas con punta de acero como con zapatos de diseñador.
El primer amor de Carrington fue el rugby, no las pasarelas, y su pasado atlético moldeó tanto su complexión como su mentalidad. La disciplina, la resiliencia y la concentración que exige este deporte le dieron una ventaja natural cuando empezó a modelar. Su carrera inicial progresó rápidamente, con apariciones para diseñadores londinenses como Astrid Andersen, Sibling y Bobby Abley, seguidas de un codiciado puesto desfilando para Givenchy. Pronto le siguieron editoriales con publicaciones como Wonderland, Attitude y The Independent. Esas primeras temporadas, recuerda, fueron un torbellino de castings, pruebas de vestuario y desfiles vibrantes: un curso intensivo de inmersión en el ritmo acelerado de la industria de la moda.
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